Antes de nada, informar que para poder realizar este sendero es necesario un permiso por parte de la oficina del Parque Natural de los Alcornocales, este puede tramitarse por teléfono 856 587 508 o por correo electrónico pnalcornocales.dtca.cagpds@juntadeandalucia.es, es recomendable realizar la solicitud al menos 10 días antes.
La ruta la iniciaremos en el área recreativa «La Sauceda» tras cruzar la verja de entrada nos vemos inmersos de inmediato en el bosque de quejigos, alcornoques y ojaranzos. Subimos por el sendero que discurre por la garganta de Pasadallana hasta llegar al poblado de la Sauceda, en el que podemos encontrar varias casas construidas en piedra de construcción reciente aunque respetando los materiales y forma de construcción de la zona. Tras dejar atrás las casas, tenemos que girar a la derecha por un puente de madera desde el que podemos observar los restos de una antigua Ermita, en esa esplanada al fondo encontramos una cancela y debemos tomar el camino de la izquierda para empezar a subir por un camino bien definido (esta parte del sendero en épocas de lluvias es simplemente espectacular) en el que nos vamos encontrando gargantas llenas de musgos, helechos de brillantes colores verdes y vegetación de ribera.
Después, el carril deja paso a un sendero con huellas de paso frecuente, y que al poco tiempo nos hace pasar bajo una pared vertical junto al río y más tarde nos conduce a otra pista forestal, marcada por un depósito de agua. Siguiendo dicha pista hacia la derecha, en unos diez minutos tomaremos una vereda a la izquierda, balizada por el parque natural, al lado de un pequeño salto de agua. El sendero remonta ahora una fuerte pendiente, y suele estar embarrado en época de lluvias, por lo que es mejor tomarse esta parte con calma y disfrutar del paisaje.
Continuando la subida del sendero, podemos contemplar a nuestra derecha unos grandes tajos, sitio conocido como Puerto Oscuro. Esta formación geológica delimita el término municipal de Cortes de la Frontera, donde nos encontramos, con montes de Jerez de la Frontera.
Por fin alcanzamos El Aljibe, final de trayecto, el sendero se ensancha y la vegetación cambia con la altura: los alcornoques dejan paso a las jaras, brezos y algunos rebollos, relegados a esta altura. Éste es dominio de mamíferos esquivos que campean las laderas y de distintos tipos de rapaces que nos divisan desde el cielo. Tras subir los 1092 metros que tiene El Aljibe, lo mejor es tomar un refrigerio disfrutando de las vistas y retomar fuerzas para volver al punto de partida siguiendo la misma ruta.
NOTA: NO ESTÁ PERMITIDO LLEVAR MASCOTAS, INDEPENDIENTEMENTE DE SI ESTAS VAN SUELTAS O ATADAS.
