Para comenzar este sendero tenemos que llegar hasta el aparcamiento del área recreativa Los Llanos del Campo. El sendero El Tesorillo nos lleva a bellos y tranquilos rincones donde disfrutar del contacto con la naturaleza. Andaremos por un camino antiguamente transitado por los habitantes de la sierra. Entre ellos, los carboneros, que supieron aprovechar los recursos en una época en la que el carbón era una energía necesaria en todos los hogares y que no impidió que hoy el bosque siga permitiéndonos disfrutar de sus excelencias.
El sendero comienza a un par de kilómetros de Benamahoma, en el área recreativa Llanos del Campo, situada en la carretera que une El Bosque con Grazalema. Tras atravesar una primera cancela de acceso, buscaremos una segunda situada en la pared de piedra que la rodea, donde un cartel de inicio nos explica el recorrido. Tras cerrar la cancela, comienza una corta subida, de poco desnivel y con firme irregular, salvado en ocasiones con escalones.
La vegetación es muy frondosa, como podemos comprobar a nuestro alrededor. Enormes encinas mezcladas con quejigos centenarios
sombrean nuestro sendero. Sin embargo, no será difícil encontrar algún pequeño llano con el suelo compactado y escasa vegetación, denominado alfanje, lugar donde se construían los hornos de carbón. Al terminar esta pequeña cuesta, en un rellano del terreno podemos ver unas construcciones abandonadas, muestra de otra actividad, la ganadera, también frecuente en la sierra. Continuamos el sendero hasta llegar a un carril.
Al frente tenemos la abrupta Sierra del Pinar, donde se encuentran la cota más alta de la provincia de Cádiz, con el Torreón, barrera contra la que se estrellan las nubes provenientes de El Estrecho, y que dan a esta sierra la mayor pluviometría de la Península Ibérica. Nosotros seguimos hacia la izquierda por una calzada empedrada, dicen que de época medieval, que era utilizada por los antiguos pobladores de la zona para sus desplazamientos entre las poblaciones de Benamahoma y Grazalema. Seguimos bajo la sombra de enormes quejigos salpicado por algún que otro pinsapo.
El sendero desciende suavemente y nos encontramos un banco de piedra, donde podemos descansar unos minutos y contemplar este increíble lugar. Aquí el silencio sólo es roto por el cantar de los pájaros y las ramas mecidas por el viento. Siguiendo el sendero veremos un gran álamo blanco en una curva de la carretera que une Benamahoma con Grazalema. Una señal orientativa nos indica cómo llegar de nuevo al área recreativa de los Llanos del Campo. Pero otra posibilidad sería tomar el sendero Arroyo del Descansadero, que nos llevaría, en una media hora, hasta la población de Benamahoma, donde podríamos visitar el Ecomuseo del Agua.
Igualmente, desde el área recreativa parte otro itinerario incluido dentro de la red de senderos de este parque natural, el sendero Los Llanos del Berral.