En este corto y cómodo sendero que une Benamahoma con el área recreativa Los Llanos del Campo, caminaremos cobijados por quejigos, encinas y algarrobos mientras multitud de pajarillos revolotean entre la vegetación. Nos acercaremos también al curso del agua y a la fuente del Descansadero, celebrando el encuentro con lugares escondidos entre una vegetación espesa que oculta las ruinas del molino del Susto.
Al final, el área recreativa corona el recorrido permitiendo disfrutar de una jornada en pleno contacto con la naturaleza.
Este sendero puede hacerse en ambos sentidos: desde la entrada de Benamahoma en la carretera que une El Bosque con Grazalema, frente a una marquesina de autobús; o desde el área recreativa Llanos del Campo hacia Benamahoma. En el primer caso, la senda discurre entre una acequia (ver [1] en el mapa), que canaliza el agua del arroyo del Descansadero hasta las huertas de Benamahoma, y un muro pequeño de piedra, linde de una fi nca que dejamos a nuestra derecha.
Superado el muro, encontramos un pequeño riachuelo, que cruzaremos si la corriente nos lo permite, para llegar a las ruinas de un antiguo molino conocido como el molino del Susto. Entre sus restos y la maraña verde que lo rodea, podemos ver alguna piedra (muela) abandonada, próxima a un salto de agua que da encanto y embrujo al lugar. En este tramo encontramos vegetación mediterránea compuesta por encinas, algarrobos y quejigos, además de higueras y sauces, junto un sotobosque de lentiscos, aulagas, jaras o ardiviejas, zarzaparrillas y diversas especies de orquídeas.
Guiados por la señalización, deberemos atravesar la carretera con precaución, para volver a retomar el sendero ascendiendo muy suavemente, y acompañados del murmullo del agua del arroyo del Descansadero. A poca distancia, a nuestra izquierda, nos encontramos con los restos de una antigua calera, vestigio de cuando antaño se transformaba la piedra caliza de estas sierras en blanca cal, como la que exhiben aún las casas de sus pueblos.
Los juncos y adelfas nos guiarán hasta una pequeña fuente en mitad del recorrido. Se trata de la fuente del Descansadero. Dejándola atrás, avivarán nuestro olfato plantas aromáticas como lavanda, tomillo, manzanilla u orégano. Subiremos unos escalones entre álamos blancos a ambos márgenes de la carretera. A nuestra derecha vemos los restos de una antigua cantera y posterior escombrera, hoy sellada. Y a nuestra izquierda, también vestigios de la extracción de arenas blancas del terreno.
Desde aquí cruzaremos un par de cancelas hasta llegar al área recreativa Los Llanos del Campo. Junto al campo de juego, encontramos una señal que explica la ruta desde aquí a Benamahoma.
Las instalaciones del área recreativa Llanos del Campo nos permiten preparar una comida campestre y disfrutarla a la sombra. Está equipada con barbacoas (recordad que en tiempo de peligrosidad alta de incendios está prohibido hacer fuego), mesas y bancos de madera, donde podemos pasar un día de campo, respirando la tranquilidad del paisaje que nos rodea, e incluso, con algo de suerte, ver algún ciervo que la merodea.
Desde este área recreativa parten otros senderos como El Tesorillo y Los Llanos del Berral.