Una vez pasamos el puente sobre el río Guadiaro, giramos a la izquierda para comenzar nuestro recorrido sobre una pista, que primero se encuentra cementada, entre adelfales, zarzales y otro tipo de matorral de ribera y que discurre paralelamente al río Guadiaro. En unos minutos llegaremos al Charco de la Barranca, una charca producida por un dique existente en el río. El carril pasa al poco tiempo bajo el puente de la carretera que une Benaoján con Ronda. Aparecen algunas huertas dispersas y, un poco más adelante, tras atravesar el arroyo de la Torre del Moro, llegamos al molino de las Cuatro Paradas, que conserva buena parte de su estructura original, incluidos los cuatro cubos o paradas que hacían girar sus cuatro muelas.
El camino se estrecha convirtiéndose en una vereda empedrada en algunos tramos, a la vez que comienza una pequeña subida. El itinerario discurre junto al Río Guadiaro, dejándonos a nuestra izquierda una gran mole rocosa que hace que se produzca un remanso en el río, donde es fácil observar, si vamos en silencio, algunas de las aves acuáticas y de ribera que habitan estos parajes, como son garzas reales, cormoranes, azulones, ruiseñores, etc
En unos minutos llegamos al hotel Cueva del Gato, frente al cual tenemos un puente de madera que cruza el río Guadiaro. Una pasarela de madera continúa tras el puente, suspendida a escasa altura sobre las aguas turquesas y cristalinas que manan desde la Cueva del Gato; se trata de las aguas del río Gaduares que desembocan en el río Guadiaro. Cruzamos bajo el puente de la línea de ferrocarril y aparece ante nosotros, la boca de la Cueva del Gato.
Una vez en ella, el entorno que la rodea justifica con creces la visita. Un charco de frías y cristalinas aguas, Charco Frío, invita a descansar bajo la sombra de los árboles que crecen en su orilla.
En este punto, acaba el sendero, aunque bajo la base de la pared podemos ver cómo asciende una escalera tallada en la roca que nos llevará hasta un puente situado justo en la boca de la cueva. Aquí, un cartel nos informa de la prohibición de continuar, ya que es una cavidad peligrosa que requiere, además de autorización, conocimiento experto. La vuelta la haremos por el mismo camino