Desde el área recreativa de Cortes de la Frontera realizaremos un sendero circular por un alcornocal de árboles centenarios. Disfrutaremos de bellas vistas panorámicas, de una calera realizada en arenisca, hasta llegar a la frontera geológica entre las areniscas y las calizas, frontera entre los alcornoques y las encinas, condicionados por el distinto tipo de suelo mencionado.
El sendero se inicia en la carretera A-373, a unos cinco kilómetros de Cortes de la Frontera, enfrente de un albergue juvenil. Aquí encontramos un área recreativa gestionada por el ayuntamiento de Cortes de la Frontera, que es también el lugar donde dicho pueblo celebra su romería.
Cruzamos una angarilla, que es como se conoce en el medio rural a las cancelas, y comenzamos un suave ascenso por una pista forestal. Caminaremos por un alcornocal salpicado de pinos de repoblación con su sotobosque característico, compuesto de brezos, jaras, aulagas y helechos. En el camino veremos una serie de colmenas, de rica miel, actividad económica sostenible en la zona, junto al aprovechamiento del corcho. La pista forestal por la que caminamos deja paso a una vía de saca. Éste es el nombre que reciben las vías que se realizan con motivo del descorche, y que permiten el acceso de maquinaria y personal a zonas de difícil acceso. Poco antes de coronar la loma por la que ascendemos, nos encontramos con una calera, construida con piedras areniscas, justo donde se produce el contacto entre los suelos de areniscas, propios del alcornocal con las calizas de la Sierra de los Pinos.
Desde este punto tenemos unas excelentes vistas de Cortes de la Frontera. Continuaremos nuestro recorrido ascendiendo suavemente por el lateral de un cortafuegos. El riesgo de incendios es alto en la época estival. Los cortafuegos evitan la propagación de las llamas. Una vez coronada la loma volveremos a adentrarnos en el alcornocal para descender hasta el inicio del sendero. La vegetación arbórea deja paso a las retamas, jerguenes y aulagas, permitiéndonos unas excelentes vistas de la bahía de Algeciras y del denso alcornocal que se extiende ante nosotros.
Al poco tiempo llegamos a un cortijo en ruinas conocido como Cortijo del Cañuelo, con una formidable higuera junto al camino. Seguimos
bajando y tras pasar junto a varias ruinas más, y guiados por la señalización, cruzamos un pequeño arroyo. En nuestro paseo, sobre todo en otoño escucharemos los ciervos en la berrea y veremos multitud de setas como la yema de huevo.
Estamos de nuevo en el área recreativa. Si aun queremos seguir descubriendo la zona, podemos visitar el centro de visitantes de Cortes
de la Frontera. Éste nos permitirá conocer los lugares, paisajes y costumbres de la comarca e información sobre otros senderos ofertados
por la Consejería de Medio Ambiente.