Este sendero conduce precisamente a una de esas fuentes donde sacian sus sed los habitantes del bosque, recorriendo caminos que, en temporada, conocen el paso de las cargas de corcho a lomos de bestias, capaces de acceder adonde ningún otro medio puede hacerlo.
Comenzamos nuestro recorrido en una pronunciada curva en la carretera forestal que une Cortes de la Frontera con El Colmenar, justo en el punto en el que el arroyo de la Garganta de la Pulga pasa bajo la carretera. Guiados por la señalética comenzamos a ascender suavemente por una pista forestal. A nuestro alrededor se desarrolla un magnífico alcornocal con ejemplares de gran porte, acompañados por algunos quejigos y por el matorral característico compuesto de jaras y brezos.
El hombre ha influido en la evolución del paisaje mediante la agricultura y la explotación del monte, entre ellos la apicultura o la extracción
del corcho (en ambos casos, buenos ejemplos de producciones sostenibles).
Poco a poco, ganamos altura y el paisaje es soberbio, con un alcornocal denso y bien conservado, con arrendajos revolteando entre las copas.
En la continuidad del alcornocal distinguiremos unas zonas desprovistas de vegetación arbórea, son los bujeos o tierras negras, suelos típicos de cultivo de secano de la campiña andaluza. Las balizas nos indican que debemos abandonar la pista forestal y continuar por una vía de saca, la cual desciende suavemente. Varias formaciones rocosas se abren hueco entre los árboles. Son rocas de areniscas, el
material predominante en el alcornocal. Por lo general, la arenisca no es muy consistente, de modo que estas rocas suelen fracturarse
con facilidad.
Continuamos el descenso y abandonamos la vía de saca para continuar por el sendero. La umbría en esta parte del recorrido es total, con una vegetación espesa por la que nos internaremos hasta llegar a la laguna Greera, objetivo final de nuestro sendero.
Una vez deleitados con la belleza del enclave, retomamos el camino de vuelta, el cual haremos por el mismo sendero que nos ha traído hasta aquí. Pero aun podemos continuar con la visita a la zona. En el cercano pueblo de Cortes de la Frontera se encuentra el centro de visitantes gestionado por la Junta de Andalucía. Conocer los paisajes, la naturaleza, la historia y a las gentes de la región es la propuesta que desde este equipamiento se le plantea al visitante para disfrutar de la riqueza que encierran cada uno de ellos.